Trasplante es un procedimiento que se realiza para sustituir uno de sus órganos por otro, donado por otra persona. Se hace para sustituir una parte enferma del cuerpo por otra sana. Aunque el procedimiento es complejo y de larga duración, puede ayudarle a alargar su vida y a evitar que su enfermedad se propague a través del órgano infectado. Hay dos tipos de trasplantes: trasplantes de órganos sólidos y trasplantes de células madre. El primero hace referencia a órganos como la córnea, el corazón, los riñones, los pulmones, el hígado, etc. Mientras, el segundo tipo es para personas que padecen una enfermedad que daña las células de la médula ósea. Estos trasplantes son similares a las transfusiones de sangre y no necesitan cirugía.
Los trasplantes de órganos sólidos comienzan con un examen médico completo que le identifica como candidato a un trasplante. Una vez inscrito en la lista de espera nacional, comienza la búsqueda de un donante compatible. Esta persona puede ser un familiar suyo, un donante vivo no emparentado o alguien que haya fallecido recientemente. Una vez realizada la donación, los donantes vivos pueden llevar una vida normal y sana sin problemas. Tras encontrar el órgano, se le somete a una intervención quirúrgica para recibirlo y estará en el hospital el tiempo necesario para recuperarse y que los médicos aprueben su alta. Te explicarán cómo cuidarte una vez vuelvas a casa. Esto incluye los medicamentos que debe tomar, la frecuencia con que debe visitar al médico para un seguimiento y qué actividades cotidianas le están prohibidas.