When a person gets infected for the first time of COVID-19, several days have to pass until their body realises that it has the disease, and uses whatever is necessary to eliminate and protect that threat.
COVID-19 vaccine develops immunity without having to catch the sickness, preparing the cells to fight against the infection. Generally, after the shot, it takes some weeks to produce what it needs to be completely immune. This can make a treated person to get sick just before or after the vaccine is injected. It occurs, mainly, due to the lack of time that the body has had to produce the resistance it needs. It may happen that someone can show similar symptoms after being vaccinated. This is normal and it is a good sign. It means that your body is learning to fight the disease and, in its process, creating immunity to that virus.
Experts are still studying for how long the protection will last, since it is such a new investigation, they do not have any solid results. Nevertheless, some are starting to sat that it might be recurrent vaccination, such as the common flu one.
¿Cómo funciona la vacuna del COVID-19?
Cuando una persona se infecta por primera vez de la COVID-19, pueden pasar varios días hasta que su cuerpo usa todas las herramientas necesarias para combatir gérmenes. Después de la infección, el sistema inmunitario recuerda cómo luchar y proteger al organismo.
La vacuna contra la COVID-19 se encarga de desarrollar inmunidad sin la necesidad de contraer la enfermedad, preparando las células para luchar contra la infección. Por norma general, después de la vacunación, el organismo tarda unas semanas en producir lo que necesita para hacerse completamente inmune. Esto puede provocar que una persona vacunada, se infecte justo antes o justo después de vacunarse y enfermar, ya que no tuvo tiempo suficiente para generar la protección necesaria. También puede darse el caso que, después de ser vacunado, cuando se está produciendo esa inmunidad, provoque algunos síntomas, como puede ser la fiebre. Esto es algo normal y es señal de que está sabiendo combatir la infección y en su proceso, desarrollando la inmunidad ante el virus.
Los expertos todavía siguen estudiando durante cuánto tiempo está inmunidad podría proteger a una persona contra la COVID-19, y no descartan que tenga que ser una vacuna recurrente, como la de la gripe, para intentar prevenir a nuestro cuerpo.